sábado, 4 de noviembre de 2006

Masoquismo

Existe en mí una especie de complicidad entre el dolor y la escritura. Un sine qua non de todo este ejercicio escritural. Es que escribir duele. Es que el dolor me vuelve productiva. Es que me gusta este dolor de la escritura, este horrible ardor que me obliga al proceso mayéutico de la palabra.

© Jara Ríos

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pero cuida bien de transformar el dolor en palabras, no en el momento del dolor.
Te dejo esta frase de H Quiroga:
"No escribas bajo el imperio de la emoción. Déjala morir, y evócala luego. Si eres capaz entonces de revivirla tal cual fue, has llegado en arte a la mitad del camino".