miércoles, 27 de diciembre de 2006

Clandestina

Tu me llegas con la noche, con una inquietud que me agobia. Llegas, subrepticiamente, como cualquier cosa regada y expuesta deshonestamente. Te guardo oscurecida bajo una montaña de nostalgia que llevo surcida en este cuerpo que me es. Te escondo clandestinamente para que nadie lo sepa.

A la Bernardo Soares

"Si yo viviera un gran amor nunca podría contarlo". "Si el corazón pudiera pensar, se pararía" y no se detiene y no te puedo contar y te pienso y me agobia tanta palabra suelta, tanta idea perdida, tanto que queda sin decirse en esta madeja de sensaciones y de vidas.

miércoles, 13 de diciembre de 2006

sábado, 9 de diciembre de 2006

Esta agua

Me trago esta agua como si me tragara la energía
como si ella me fuera a dar las palabras que no me sé,
el pensamiento que desconozco
y las ganas que no tengo.

Me trago esta agua como si,
a ver si en el fingimiento me sale la jugada
de escribirte decentemente.
© Jara Ríos

viernes, 8 de diciembre de 2006

Un poema de amor y, por lo tanto, de mal gusto

Se ama demasiado
y esos amores nos desdefinen
nos deshacen
nos desatomizan
nos detruyen
nos dejan literalmente ausentes
y llenos de una terrible saudade.

Vamos mudando de piel
lentamente como el reptil colocado en la resequedad
del cambio.

Uno ama demasiado
y esos amores
sin darnos cuenta
nos roban
nos comen
nos degluten
pedazo a pedazo
canto a canto
en el acto antropofágico de desaparecernos
masticados
tragados
engullidos.

Restamos
totalmente deformes.
Somos, al final, imágenes irreconocibles,
inaceptables,
silentes
indefinidas
proliferadas.

Demasiado conformes
y saudadosas, cuando desaparecen
esas ficciones que, tal vez, amamos demasiado.


© Jara Ríos

Regreso

Regresan las ficciones y los recuerdos,
Y, a fin de cuentas, nada regresa.

Regresa el vacío
la ausencia,
el horror de la nada,
los rostros desfigurados de las revelaciones
lo que somos como animales ausentes de mundo,
de nosotros,
de nosotros mismos.

Regresan las horas y no regresan...
El tiempo se diluye y se deshace sobre sí mismo
cuando pasa y deja de ser siendo.
"Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar"
Lo nuestro, lo de todo, lo de nada.

Todo pasa
Todo queda
Todo regresa
y, a fin de cuentas,
Todo y nada llegan, se van y regresan
y no regresan...

©Jara Ríos

Escribo

Escribo para sentirte.

©Jara Ríos

domingo, 3 de diciembre de 2006

Contorsionista II


No permanezco inerte ni inerme. Meto mis manos entre mis piernas, mis piernas entre mis brazos. Mis talones han llegado a acariciarme el cabello y los dedos de mis pies han tocado la justa mitad de mi espalda. Mi cuello conoce la profundidad exacta de mi hueco fascinante y terrible.
Y en este juego de la contorsión, de redoblarme sobre mí misma, de tocarme ciertos lugares que mi flexibilidad natural no permite adquiero la técnica para abdicarte.

©Jara Ríos

sábado, 2 de diciembre de 2006

Contorsionista


He sido maleable. He sabido contorsionarme por los recovecos difíciles de este cuarto emparedado y casi inescapable. He sido grotesca cuando han intentado mirar lo sublime en mí desde muy cerca. Tengo la capacidad de camuflarme y por ello, el don de desaparecer. De hacerme invisible a mi propio cuerpo e inventarme la evasión de la existencia.

©Jara Ríos

lunes, 20 de noviembre de 2006

Ven

Ven. Léeme. Entra en este juego donde crees que te revelo algo de mi vida. En donde te haces de la idea de que eres mi confidente y de que me conoces porque has leído alguna que otra cosa que he escrito por aquí.
Ven. Juguemos con esta idea de la confidencia, en donde te digo lo necesario para que te quedes conmigo sin que sepas nada de mí.

Vampira

Yo también tengo un lado sangriento
que no tiene que ver con el dolor ni con la biología.
Es el lado sangriento de la vida
en la que soy vampira,
en la que me apasiona la muerte,
en la que el dolor es alegría,
en la que me siento espantosamente viva...

©Jara Ríos

sábado, 18 de noviembre de 2006

Sin toque de misterio

Alguna vez pensé que esta vida, por ser mía, estaría llena de algún misterio interesante que la haría vivible. Que tendría algo más que dar que esta simpleza en las palabras, que este malestar y que esta idea ridícula de ser especial. Y resulta que después de todo lo vivido, después de tanta gente que aún recuerdo vívidamente, después de tanto momento mío o tuyo o nuestro... nada ha dejado en mí ni un sólo aire de misterio. No guardo ningún secreto y aunque para muchos esa es la gran solución del acertijo, para mí, es un error imperdonable.

© Jara Ríos

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Afásica

Hay una cierta afasia que me distingue; una imposibilidad de agarrar bien las palabras que pienso. Las conozco y ellas a mí. Me saben de la misma manera en que yo las sé, pero escapan, se esconden, desaparecen como si para ellas este asunto de expresarse o de “ser exterior” fuera cosa de juego. En el escenario de mí, sólo las palabras simples y del diario aparecen. Estoy completamente atrofiada. El pensamiento no se detiene, pero la palabra rica, precisa y justa me evade por completo. Este síntoma, a medida que se acrescenta, promete encarcelarme impidiéndome aún las palabras de siempre y cuando eso suceda tendré tantas cosas que decir...

© Jara Ríos

martes, 7 de noviembre de 2006

Hora callada

Hay una hora en que todo se calla: las palabras, las calles, el silencio. Y en ese momento no tengo nada que ver con el mundo y el mundo no tiene nada que ver conmigo. En esa hora callada de la ciudad en que nunca he habitado y en que ese sedentarismo se apodera de todo, me vuelvo nómada, viajera de mi misma. Y me canso de las palabras, de todo lo que tiene el efecto de surtir en mi cualquier cosa... y me canso de mí misma que no sé decir lo que siento, que me escapo de mí en horas así como estas.

© Jara Ríos

Cardenales

Es la herida que sangra y
los lugares que golpeo continuamente en mi cuerpo
los que duelen.
Son los espacios donde habitas,
el lugar del contagio.
Y en esta tarea de la escritura
nadie sangra
nadie muere
más que yo.
Y aquí
sólo yo me divido
sólo yo me purgo,
purgo al yo y no de ti y no a ti.
Es la herida que sangra y
los lugares donde me castigo
los que duelen.
Porque de alguna manera tiene que hacerse visible el dolor,
aunque el cardenal sea sólo el fantasma de la arteria rota
de la vena estrangulada y
esclerosada por mis manos.

Quiero que lo veas escrito en mi piel...
tu nombre...
Es allí el lugar donde te sangro.

© Jara Ríos

sábado, 4 de noviembre de 2006

Masoquismo

Existe en mí una especie de complicidad entre el dolor y la escritura. Un sine qua non de todo este ejercicio escritural. Es que escribir duele. Es que el dolor me vuelve productiva. Es que me gusta este dolor de la escritura, este horrible ardor que me obliga al proceso mayéutico de la palabra.

© Jara Ríos

viernes, 3 de noviembre de 2006

Rastro

Aquí donde sólo se escucha el sonido de un lápiz sobre el papel, los tachones y unas pausas, existe algo así como un simulacro del silencio. Entonces, pienso.... Estoy perdida, obsesionada com que exista por aquí algún vestigio de ti.

© Jara Ríos

Esquizoide


Lejos, una distancia suficientemente segura
para evitar el contacto,
para inventarme la tranquilidad.

Lejos,
para mantener la locura
de este desasosiego que me provocas.

Lejos,
para no perder esta distancia segura
desde donde te evoco.

© Jara Ríos


jueves, 2 de noviembre de 2006

Silencio


Hay momentos en los que aburre el silencio,
donde lo que existe es una monotonía absurda
de ridícula quietud.

Hay momentos en los que el silencio aterra.
Cuando aturde su presencia
y es un bullicio interno de palpitaciones horribles.

Silencio aterrador de estar con uno mismo.

Momentos donde se hace tangible la soledad...

© Jara Ríos

Foto tomada de http://www.imagiverse.org/interviews/markvasconcellos/solitude.htm y propriedad de Mark Vasconcellos

martes, 31 de octubre de 2006

Las palabras II

¿qué saben las palabras?
¿de qué se enteran?
¿de qué me acusan las palabras?
Nada.
Las palabras no saben
ni entienden absolutamente nada.


© Jara Ríos

Las palabras


Siempre he querido ser lo que llaman poeta. Escribir, escribir y que se me vaya la vida en la tinta, pero mi espacio nunca ha sido el de la escritura. Tengo problemas para pensar las palabras, para vaciarlas, para escribirlas. Ellas no están hechas para mí como quisiera. Nunca se me han entregado, no danzan ante mí ni se me revelan juguetonas. Permanecen en la lejanía, estáticas y ajenas.

© Jara Ríos

Imagen tomada de www14.plala.or.jp

sábado, 28 de octubre de 2006

Recuerdo

Vuelves, como siempre, al lugar de la conquista y de la muerte, a los lugares de mi silencio. No debo nombrarte, pero vuelves a la batalla silente de mi misma, al lugar de mis dolores... Vuelves, poco a poco, y te asientas a la fuerza... otra vez...

© Jara Ríos

jueves, 26 de octubre de 2006

Presencia


De nuevo aquí está tu presencia
que
invade,
interrumpe,
derrumba,
envuelve,
enloquece,
derrama,
seduce mi presencia.
© Jara Ríos


La imagen fue tomada de www.absenceandpresence.info

lunes, 23 de octubre de 2006

A veces

A veces me hacen falta estos momentos de eternidad,
Estas ausencias de vida donde me encuentro,
Esta indecisión de todo, esta locura impulsiva.

© Jara Ríos

Evocación

Te llamé desde el hueco que se abisma negro en mí. Te llamo allí donde no hay ecos en mi voz desde un silencio seco. Evoqué tu nombre como la palabra que no me da las cosas nombradas . Te evoco nombrándote y apareces.

© Jara Ríos

viernes, 13 de octubre de 2006

Una novela de Henry James


LLegó.

El día parecía presentir tu entrada como en una novela de James.

Allí estaba el fantasma y lo supe todo: que no entenderías nada.

© Jara Ríos

miércoles, 11 de octubre de 2006

Un destino cuasi cotidiano

Aquí estoy, desnuda. Este acto de desvestirme parece volverse cada vez más cotidiano.
Aquí estoy, dejándome leer por esos ojos que invento cuando te pienso.
Aquí estoy, pensándote desesperadamente y desnuda, como si no pudiera pensarte de otra manera, como si no lograra desterrarte de estos escondites que me pertenecen.
Aquí estoy, avergonzada, porque después de todo nunca ha sido cotidiano, ni natural para mi desnudarme tan cotidianamente.

© Jara Ríos

sábado, 7 de octubre de 2006

Purgación


Y me purgo del dolor
Lentamente
Cuando escribo
Cuando el dolor deja de ser dolor
Y es musa.

Y te purgo
Mientras te escribo
Mientras te recuerdo...
Mientras entras
Lentamente
Al no-olvido
Al recuerdo...
Pero a la muerte
A toda esta muerte escrita
Que es el texto
A toda esta llaga sangrienta
Que es la poesía
A toda esta sangre que es
Y no sutura
A toda esta herida nuestra
Aún abierta
Infectada
Purulenta...

Caes aquí
En este pedazo de cuerpo
Descompuesto
Para morir
Un poco más conmigo
Para quebrar un poco más mis huesos
Para vivirte un poco más en ti
En estas líneas
Para que existas siempre
Y nunca...
Casi siempre y casi nunca...
Muerto.

© Jara Ríos
Foto tomada de www.cinemah.com

Piel


Ando con tu piel a cuestas como si fuera mia.


© Jara Ríos

domingo, 1 de octubre de 2006

Mi cuerpo secreto


He decidido romper el silencio de años y, tal vez, si es posible, escribir diariamente en este otro espacio del silencio. Desbordar aquí mi tiempo a solas, mi romanticismo perenne y monstruoso. Pretender, fingir decir lo que siento cada día como si fuera cierto. Poner por escrito, como si eso resolviera en alguna manera mi dilema existencial, lo que pienso. Dejaré aquí este resto, esta sobra irrecuperable e improcesable que será mi escritura. Abro aquí otro espacio de tiempo en donde soy una especie de logaritmos y fórmulas electrónicas y matemáticas. Abro, entonces, mi cuerpo secreto y vacío, mi espacio del delirio, mi espacio de ficción, el cuerpo virginal de estas páginas en blanco; cuerpo acariciado por las palabras, deflorado por las palabras, por el acto mismo de la escritura.



© Jara Ríos